El Deseo como punto de partida hacia el éxito
“Deseo. El punto de partida de todo logro. El primer paso hacia la riqueza”. Así comienza Napoleón Hill su exposición sobre el Deseo en su obra maestra Piense y Hágase Rico.
Un deseo bien definido
Es el deseo bien definido y ardiente el que nos acerca al éxito. El deseo que perdura con la llama del primer día aumenta las probabilidades de que se haga realidad. Esto es aplicable a cualquier faceta de la vida. Escoger un objetivo definido y emplear toda la energía y todo el esfuerzo en conseguir esta meta, hará que finalmente ganes. Eso sí, debes estar dispuesto a renunciar a ciertas cosas si tu deseo es lo suficientemente ardiente.
¿Cómo saber si tu deseo es lo suficientemente intenso para ganar?
En cierta ocasión, un discípulo de Sócrates le preguntó: “¿cómo puedo tener más conocimiento?”. Él le pidió que lo acompañara y se fueron caminando hasta llegar al mar. Una vez que se adentraron al mar, Sócrates lo sumergió en el agua y el discípulo empezó a manotear y a luchar por salir, porque se ahogaba. Después de unos segundos, una vez que salió, Sócrates le preguntó: “cuando estabas en el agua, ¿qué era lo que más deseabas?”. Él le respondió: “quería respirar, quería aire”. Sócrates le dijo: “para tener el conocimiento que quieras, debes desearlo tanto como deseabas el aire abajo del agua”. Piensa en esta historia cuando dudes de si tu deseo es lo suficientemente intenso como para llevarte a la victoria, a conseguir tus logros.
Sobre el deseo y el fracaso
Un deseo bien definido no admite el fracaso. Puede haber ciertas derrotas en la batalla, pero la victoria final será tuya gracias al deseo permanente, obsesivo y candente. Un deseo definido significa ser concreto en tu propósito y desearlo de manera ardiente. Éstas dos características son claves para llegar a la meta. Los pequeños fracasos, que los habrá, traerán consigo la semilla de un éxito equivalente. Thomas Edison fracasó más de cien mil veces. ¡Los soñadores prácticos no abandonan! Graba en tu mente que “nadie jamás está derrotado hasta que la derrota se acepta como una realidad”.
¿Estás preparado?
Nadie está preparado para algo hasta que cree que puede adquirirlo. El estado mental del ganador es un estado de convicción y no una mera esperanza o deseo. Una mentalidad cerrada no inspira fe, coraje ni convicción. Recuerda que nuestras únicas limitaciones son aquellas que nos imponemos en nuestra propia mente. Y no olvides que la fe da respaldo al deseo, y gracias a esta sinergia somos capaces de seguir intentándolo a pesar de que caigamos. Nada es imposible para la persona que respalda su deseo con una fe duradera. No hay nada, ya sea bueno o malo, que una creencia junto con un deseo ardiente no pueda hacer realidad.
Por último, haciendo referencia al libro de Napoleón Hill titulado Piense y Hágase Rico, en el que se basa este artículo, quiero decir que “a través de algún extraño y poderoso principio de la ‘química mental’ que nunca ha salido a la luz, la naturaleza envuelve en el impulso de un deseo intenso ‘ese algo’ que no admite la palabra imposible y que no acepta el fracaso como una realidad”.